Maratón Oporto 2023, el maratón redondo
Por Pancho
LA PREPARACIÓN
A mediados de marzo tomé la decisión de volver a correr el maratón de Oporto.
No es una carrera que me encante, aunque la organización es de 10, pero ya sea por el mal sabor que me quedó con la «petada» de 2019 o porque es el más cercano en la actualidad tras desaparecer Coruña, ese fue el objetivo marcado para el segundo semestre del año.
En cuanto a la preparación, fueron 15 semanas en las que cambiamos el método. Los últimos maratones los tiempos se alejaron del tiempo ansiado de las 3 horas.
Así que probamos entrenos con ritmos muy controlados (prohibido bajar de 4’10» en series y de 4’25» en los largos). Dos días de rodaje, uno de series largas y otro de largo en el fin de semana. El resto de días algo de elíptica si me apetecía.
Recuerdo que el míster me dijo al principio de la preparación que ya vería que así estaría sobre las 3 horas. Pero las 11 primeras semanas las sensaciones no fueron buenas. Me costaba hacer series a 4’15″/4’10».
El último mes fue mucho mejor pese al mal tiempo reinante (hubo días que cambié rodajes por elíptica).
Fueron 1034 Km (928 de carrera y 106 de elíptica) en los que cada vez veía más claro que no estaba para rondar las 3 horas o dicho de otra forma que de salir a ese ritmo lo normal sería hundirme tarde o temprano. Así que el planteamiento de la carrera será correr a 4’30»/Km para hacer 3 hora 10′, siempre y cuando respete el viento, ya que la previsión es de rachas de 20 Km/h.
Una preparación con muchos entrenos en solitario y otros acompañado. Agradecer la ayuda de los compañeros del CARMA y de los amigos Bruno Muiños, Juan Rodríguez y Gustavo Nieves.
LA CARRERA
Desayuno con tiempo y desde el hotel andando al guardarropa junto a otras tres nécoras. Ventajas de buscar un alojamiento cercano. Para mí gusto fuimos «justos» de tiempo. Tras una foto y dejar la bolsa voy hasta la zona de salida. Apenas 500 m de trote.
Cuando entro en el cajón ya hay bastantes corredores. Como no quiero salir «encendido» no hago esfuerzo por avanzar entre los corredores hacia el arco de salida. Me llevará 14 segundos atravesarlo tras el inicio de la prueba.
Buena temperatura. Aún así salgo con una camiseta por encima que tiraré en el primer Km porque ya sobraba (y poco después bajaré los manguitos).

Salida
Los primeros 500 m me cuesta coger ritmo porque hay bastantes corredores lentos. Aún así primer Km en 4’33» y dentro del grupo que lleva la bandera para hacer 3 hora 15′. Sigo guiándome por ser cauteloso y decido permanecer en ese grupo. Será por poco tiempo. Pasado el tercer Km decido pasarlo aumentando ligeramente el ritmo.

Km 3,0. Sobrepasando al globo de las 3h15′
Poco después me alcanza mi compañero de equipo Thèo Pagnier. Me comenta que pretende andar entre 3h 06′ – 3h 08′. Le comento que yo voy a por 3 horas 10′ y entonces decide ser conservador durante la primera parte del maratón y quedarse conmigo. Imagino que pensó que la veteranía es un grado y que era «la rueda» a seguir. Bueno, desde el quinto Km lo es un corredor del equipo Gaia Running porque llevaba la cadencia que necesitaba y su altura era la ideal para cobijarme del viento.

Km 5. Cogiendo la referencia (y el cobijo) del corredor del Gaia
En el Km 9 tomo el primer gel (tomaré también en el 19 y en el 29) y también bebo en todos los avituallamientos.

Km 15. Rectas camino del puente
El primer cuarto de carrera discurre por Matosinhos y las ráfagas de viento son muy escasas. Pegará un poco más en alguna de las rectas que nos conducen hasta el puente Don Luis.

Km 20. Entrada en Gaia
Allí nos coge unos metros el corredor del Gaia. Creo que se vino arriba ya que cruzado el puente entramos en su territorio. Tocan sobre 9 Km por Gaia. Pese a esos escasos metros que aceleró no me vuelvo loco. Nosotros mantenemos todos los parciales en torno a los 4 30» programados, incluso un poco por debajo. Pasamos la media maratón en 1h 34’02». Vamos cómodos pero queda un mundo. De momento respeta el tiempo.
No llueve y en muy pocos tramos tuvimos viento.
A todo esto volvimos a contactar con el corredor de Gaia que sorprendentemente baja el ritmo en el Km 27. Así que decidimos rebasarlo. Antes de volver a atravesar el puente aviso a Théo que hay una cuesta de 50 m y que la subamos sin volvernos locos.
Iba todo perfecto pero en el Km 30 paso una mini crisis. El ritmo apenas se resiente pero voy incómodo. Noto que Thèo se frena ligeramente y no para de animarme. Le digo que tire pero insiste.

Km 30. Momento de crisis
Entonces, Km 31 cae un chaparrón que dura 5′ y magia!!!! Recupero las buenas sensaciones. Vamos pasando corredores y eso me retroalimenta. Eso sí, nada de volverse loco, manteniendo ritmo un poco inferior a 4’30».

Km 32. Vuelven las buenas sensaciones
El maratón no regala nada y a partir del Km 33 el que pasa dificultades es Thèo y a mí me toca animarlo.
Desde ese Km 33 tenemos viento de cara durante buena parte del trayecto a meta. Algún Km se va a 4’40» y 4’50». Más vale eso que agotarse. Con todo, seguimos pasando corredores y Thèo aguantando como un jabato hasta el Km 40 que pierde unos metros.

Km 41. Enfilando el final de carrera
La meta está muy cerca y se que ya no va a desfallecer, por lo que decido seguir apretando y acabo los dos últimos Km sobre 4’20».

Km 42. Último esfuerzo
Ni los últimos 250 m en cuesta me pueden parar. En el Km 42 giro a la derecha y apretando a fondo. Tras 3h 09′ 56» traspaso el arco de llegada, 3h 09’42» netos. Salí para 3h 10′, así que solo se puede decir: ¡Salió un maratón redondo!

FINAL. Maratón redondo