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 Por Pancho

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Cuando en junio me inscribí en el maratón de Valencia lo hacía con la ambición de intentar hacer MMP. Venía de tres semanas de descanso, tras hacer una gran carrera de San Xoan, consiguiendo rodar a 3’40’’/Km. Era normal la ilusión porque, como guinda, resulta que nos llevaría de liebre del grupo de entreno al míster Carlos Adán. Pero las cosas no siempre salen como uno tiene previsto.

Con un grande

La planificación se hizo a largo plazo, con 20 semanas de trabajo. Ya de entrada vino el primer revés. En las primeras semanas los entrenos salían con mucho esfuerzo, me sentía cansado, mismo los rodajes me costaban y al acabar la sexta semana me dije “esto no es normal”. Decidí hacerme una analítica y lo que había era una anemia. Así que la séptima semana hubo cero Km y empecé a tomar la suplementación que permitiera equilibrar los valores de mi cuerpo. Con la esperanza de que aún quedaban 13 semanas.

Hasta el 1 de diciembre fui mejorando mi estado de forma. Aunque no conseguía estar a la altura de mis compañeros en las series y tampoco iba cómodo en los largos, cumplía con los tiempos objetivos. Mismo los rodajes notaba que no estaba al nivel adecuado. Aún así seguí trabajando por intentar reducir la distancia que me llevaban mis compañeros, siempre animado por el míster.

El último revés fue 10 días antes de la carrera cuando cogí un resfriado. En mi caso un resfriado conlleva un proceso alérgico asociado a una rinitis alérgica.

Dadas esas circunstancias sabía que era francamente difícil bajar de 3 horas (el reto de MMP estaba claro que estaba lejano) y mis expectativas estaban en hacer 3h 02’ – 3h 03’. Iba a salir en el grupo del míster y si no aguantaba el ritmo pues a por esas 3 horas escasas.

El viaje a Valencia fue accidentado. Salía el vuelo de Peinador en la noche de viernes pero solo llegar al aeropuerto nos avisan que nos llevarán en autobús hasta el aeropuerto de A Coruña por problemas con la nieve. Total que llegamos al apartamento en el que nos alojamos a las 3 de la madrugada. Compartía estancia junto a las nécoras Jose Antonio Rodríguez, Cristian Valencia y Maikel Patino.

La mañana del sábado la dedicamos a analizar el tiempo que nos lleva llegar a la zona de salida, recoger el dorsal, visitar la feria del corredor y comer en la paella party, las típicas fotos del CARMA grupo… Para mi gusto ya anduvimos y estuvimos de pie tiempo de más.

La tarde la pasé descansando en el apartamento y preparando las cosas para el día siguiente. Solo en la tarde noche salí con los compañeros a tomar una birra en una terraza en el barrio, acompañados de unos amigos valencianos de Jose Antonio y la hermana y unas amigas de Maikel.

El inicio del maratón tampoco estuvo exento de sobresaltos. El plan previsto era llevar como liebre al míster Carlos Adán pero tuvo problemas para llegar. Así que comenzamos la carrera “descabezados”. Es un decir, porque en el grupo estábamos gente experimentada. Simplemente un pequeño revés. Salimos en grupo Jose Antonio, Maikel, Fran Lago y servidor. Voy bien. 4’19’’ el primer Km (normal con los atascos de salida), 4’07’’, 4’10’’. Notamos en los primeros Km que la humedad es alta. Llevamos pocos minutos y estamos empapados.

Nos coge Javi Conde, quien toma el relevo de la función del míster. Voy bien y Fran Lago nos saca escasos metros. En el cuarto Km (4’11’’) nos coge el míster. Le señalo donde está Fran y como ve que nos lleva Javi se va a guiarlo.

En esta fase de la carrera sobrepasamos al cocinero marido de la Pedroche y va Maikel y le extiende la mano con un ¿Qué tal cocinillas? David Muñoz casi lo fulmina con la cara que le puso jajaja.

Hasta el Km 13 todo va sobre los previsto, me siento cómodo y salen parciales para realizar el sub 3 (4’12’’ – 4’14’’ – 4’09’’ – 4’11’’ – 4’11’’ – 4’12’’ – 4’16’’ – 4’09’’ – 4’14’’). Pero al llegar al tercio de carrera me pega el bajón. En los cuatro siguientes Km me noto más pesado (4’18’’ – 4’21’’ – 4’19’’ y 4’25’’). A estas alturas engancha Cristian al grupo (al poco de comenzar la prueba decidió ser reservado) y le comento a los compañeros que tiren. La reacción de Javi es aminorar para que tome aire. Yo le digo que Cristian aún no es sub 3 y que tire con él. Con lo que no contaba es con que el “pesado” de Maikel se quedara conmigo. En los siguientes Km le insisto que se vaya que yo voy bien pero no hay manera. Una pena porque estoy seguro que estaba para bajar de 3 horas…

El Trigal

Mentalmente cambié el chip, aunque Maikel intenta tirar de mí, veo que el ritmo objetivo para a ser 4’25’’ – 4’30’’. Mentalmente hago cábalas y me digo que el reto es llegar en 3h 10’ – 3h 15’. Siguientes parciales 4’21’’ – 4’19’’ – 4’25’’ – 4’18’’ – 4’23’’ – 4’26’’ y 4’23’’. Pasamos la media en 1h 30’30’. Las sensaciones no mejoran el los siguientes Km y los parciales se resienten (4’31’’ – 4’30’’ – 4’35’’ y 4’34’’). Aún hay quien va peor, caso de Cristian que prácticamente va parado. Cerca del avituallamiento del Km 25 pillamos a Fran Lago. Va a ritmo trotero. Le decimos que nos quedamos con él con la esperanza de que reavive el ritmo. En el avituallamiento, al beber, pillo un flato agudo. Me tengo que parar porque no doy respirado corriendo. Maikel, mi fiel escudero, se para. Pasado medio minuto puedo reanudar la marcha. Fran sigue muy tocado y lo cogemos al Km siguiente. A partir de ahí la carrera va a ser un calvario. A Fran le ha dado un corte de digestión, le cogió frío en el estómago (fruto de estar empapado y cierta brisa que se levantó que en tramos en sombra). Hasta meta será un continuo correr y andar. Ya da igual el crono, lo que nos importa es acompañar a Fran.

Destacar en el Km 35 una animadora de verde, la “pumuki” jajaja. Pasamos a su lado andando y viendo cómo iba Fran le empieza a animar y este sin inmutarse. Entonces sube una fase en la animación y le empieza “te quiero, te quiero”. Entonces Fran se pone a correr no fuera a ser que la cosa aún fuera a más jajaja.

Los últimos Km el recorrido está petado de gente. En los tramos que vamos andando non paran los vítores para que por lo menos trotemos.

En fin, así de canalla es el maratón. Fran era el que en mejor forma llegaba del grupo de entreno. Durante unos cuantos largos dominicales en los que yo sufría allí estuvo arropándome, conteniéndose (porque iba sobrado) para intentar darme confianza. Ahora me tocaba a mí devolverle su generosidad.

Fran sacó fuerzas de sus entrañas y con nuestro apoyo y el de unas calles abarrotadas de gente animando venció al maratón. Me quedo con la entrada en meta abrazados los tres. El tiempo fue lo de menos, lo fundamental es que vencimos a las adversidades uniendo nuestras fuerzas.

¡Espíritu CARMA!

En los agradecimientos, los habituales: la familia, el míster y los compañeros de rodaje, especialmente a Maikel Patino, un tipo generoso donde los haya y que compartió no solo parte de la preparación sino que prefirió sacrificar un sub 3 a costa de compartir la carrera.

Volviendo a casa

Gracias a mis nécoras por tantas muestras de ánimo y gracias a nuestro patrocinador El Trigal por su apoyo.

Ahora a coger fuerzas que ¡me espera Tokio!